La cocina es posiblemente uno de los lugares más transitados de nuestro hogar. Por ello, a la hora de elegir los diferentes elementos para decorarla, no todo vale. Debemos escoger muy bien entre las diferentes opciones disponibles. ¿Sabías que 7 de cada 10 cocinas hacen uso de un fregadero de acero inoxidable como indiscutible protagonista?

No nos extraña a tenor de las ventajas que podemos encontrar en este material para el que no pasan los años, al contrario. No solo un material TOP en revestimientos y decoración de cocina, sino que las tendencias actuales en decoración de cocinas -tanto sean de uso familiar como en negocios de hostelería- le dan cada vez un mayor protagonismo.

Un material higiénico y fácil de mantener

Es habitual encontrar el acero inoxidable en los fregaderos. Y es que ya sabemos que por mucho que intentemos tener cuidado a la hora de lavar los diferentes utensilios de cocina, en ocasiones terminan escapándose de nuestras manos. La fortaleza de este material hace que estos fregaderos de acero inoxidable sean espacios fuertes y resistentes a golpes y de larga duración ya que no se corroen ni se estropean con el tiempo.

Los fregaderos de acero inoxidable son resistentes a la corrosión

O lo que es lo mismo, pueden soportar temperaturas extremas. Tanto el calor, como la presión y la cal del agua, no dañan en ningún momento su estado natural, su forma o su color. Además exige una limpieza básica sin necesidad de usar productos determinados e imposibles de encontrar. Por lo que, con un mantenimiento básico, podremos tener un fregadero brillante y como nuevo que hará que nuestra cocina brilla siempre.

El acero inoxidable aporta una superficie totalmente lisa

Estos fregaderos de acero inoxidable poseen además una superficie totalmente libre de poros para facilitar su limpieza. Son la mejor opción para tener siempre una cocina saludable e higiénica. En este sentido, el acero inoxidable también se combina con oxígeno para formar una capa protectora pasiva que se renueva continuamente. Como sabes el continuado cocinado puede llevar a una acumulación de bacterias y gérmenes en tu cocina. Algo que no pasa con el acero inoxidable, tanto sea en forma de fregadero como en otro tipo de mobiliario para cocina.

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