Abrimos sus puertas (antes de la reforma) y nos damos de bruces con un gran espacio destartalado, sin encanto, con infinidad de metros cuadrados pero sin alma. En la parte positiva: el gran sueño de todo estudio de arquitectura, un sinfín de posibilidades que llevar a cabo cara a sacarle el mejor provecho a este apartamento convertido ya en apartamento de auténtico lujo. Y como parte esencial y sobre la que tiene que girar la reforma su impresionante terraza, toda una envidia de los inmuebles vecinos a la que sacarle el máximo partido. Una terraza en varias pequeñas alturas como pequeños sets dónde celebrar cenas, tomar el sol, pasar ratos distendidos con los amigos… y que sirve como pulmón natural a este luminoso inmueble.